1.12.08

Cosas mías

Agua marina o de río dentro de un matraz, para recordarme que ahí empezó la vida.
Piedras semipreciosas y piedras del camino, para recordarme la tierra donde piso, de dónde vengo y a dónde voy.
Una candela, preferiblemente encendida, para recordarme que hubo un tiempo en que las mujeres fuimos las guardianas del fuego, y que donde hubo uno, siempre habrán rescoldos.
Una estatuilla de Shiva, en bronce, para recordarme que destrucción no es capitulación sino renacimiento.
Una caja de feng-shui, para recordarme que no siempre todo lo que brilla es oro.
Unas semillas de cacao, para que haya prosperidad.
Un copal, porque su perfume es el favorito de los dioses.
Un palo santo, porque huele a temazcal.
Un corazón de felpa, porque es mío, porque sí y porque quiero; y una hoja de hiedra porque me ayuda a recordar que existe lo imperecedero.
Una foto personal, para recordarme que parte de mí habita en lo ingrávido.

El resto son libros y cedés, candelas perpétuamente encendidas para habitar el mundo visible.


3 comentarios:

Jurema dijo...

De nada cariño!!
El palo Santo es para la ayahuasca, pero creo que todo le gusta a los espíritus del bien,
Un abrazo grande.

Analía unblog dijo...

Qué bien, me parece que voy a montarme uno, siempre tuve ese flash pero nunca lo hago. Tomaré en cuenta tus consejos "irracionales" XD para mi primer altar, el mío con agua de barna.
Besos..............

Fata Morgana dijo...

Hola, chiquis,
Jurema, otro abrazo para ti.
Ana, puedes montártelo con lo que quieras, así es el mío, pero eso te lo dicta il cuore. Hay gente que lo tiene metido en el arcón de los recuerdos y hay quien lo lleva entre las páginas de un libro, altares los hay de mil maneras distintas, seas racional o irracional XD
Besotes a las dos.