24.10.08

Querida amiga

Para Sandra

Me decías esta tarde con todo el cariño que debería buscarme nuevos amigos, y yo te dije que no, que sólo busco gente con alma.
Me dijiste, también, que tus amigos son mis amigos; y yo te dije que no: que tus amigos son tus amigos, y no míos, ya que llegado el momento ellos no se mojarían por mí. Lo cual es comprensible porque yo nunca me mojaría por los amigos de mis amigos, sino sólo por mis amigos. Es decir por vos.
En tiempos de mi padre se decía que tener un amigo era como tener un tesoro. Hoy día debería decirse, más bien, que tener un amigo es como tener un trofeo. La amistad ya no pertenece a la esfera de lo privado sino que se ha vuelto un acto público a lucir. La amistad ya no es contertulio y confidencia, sino estar vinculado. Y yo, para estar vinculada de esa manera, la verdad es que prefiero la compañía de un buen libro, un árbol o una mascota.
Pero qué te voy a decir yo a vos que ya no sepas, amiga mía. Qué te voy a decir a vos, que sabés muy bien que el mundo está lleno de anacondas haciendo favores para salir en portada. Apadrinando, para que le dén la especial. O hundiendo al solitario, que cuando no hay testigos es fácil ejercer la cobardía con impunidad.
Qué te voy a decir yo a vos que ya no hayas visto en mí, y que sabés bien las veces que me he tenido que subir al tres de espadas para que no me dieran por detrás...
Porque cuando se ha perdido el alma y todo lo que queda es el trofeo, es de esperar que se haga el yo quiero porque puedo, aunque en el acto de hacerlo no muera tanto la víctima como el verdugo.
Así que… querida amiga mía, no me vuelvas a pedir que me busque nuevos amigos. Porque con vos me alcanza, y me honra ese tesoro que me dás. Yo no necesito lucirte como un trofeo, que para eso están los bares, las galerías de arte y las presentaciones. Y entre todas las cosas que te nombro, me basta con decirte que vos sabés muy bien que a mí todas esas pelotudeces me importan un carajo...
Porque amigo se dice muy fácil, sobre todo cuando se puede lucir. Decir persona, en cambio, son palabras mayores.

Gracias.

10 comentarios:

Kyboy dijo...

Muy bonito, muy justo.

Fata Morgana dijo...

Quizá por eso lleve pocos comentarios, Ky...

Anónimo dijo...

Que decís........ El mío se lo lleva, fijo.
Fata, tenés que aprender a distinguir entre el respeto y el desprecio. Hay quien no opina porque (y no es que me dedique a adivinar pensamientos, es que a mí me pasa también) tus escritos inspiran RESPETO. En serio, hay poca gente con huevo para soltar con tanto corazón y tanto criterio a la vez unos pensamientos que a todos se nos cruzan, pero no nos atrevemos o no tenemos la calidad de decirlos... y vos lo hacés.
Y lo hacés muy bien, la verdad, sin afanes tangueros ni atormentadores, porque lo que te sale, te sale y es LA POSTA, no hay ganas de Artaud aquí. Lo cual no quiere decir que no tengas alma de tarahumara XD
Mucho melindre que se lee por ahí, a mí me tiene las P llenas.
Saludos, y ah!, que también somos tus amigos aunque sea a la distancia.
pelotuda :P

Anónimo dijo...

CH-CH

Fata Morgana dijo...

Me retracto, Chinchu. 5 es número respetable.
Pelotudooo!!!! :P :P :P
(gusto leerte).

Anónimo dijo...

Los dos son necesarios: los trofeos y los amigos. Los trofeos son eso: relaciones, vínculos como dices tú, y si son buenos y fiables... adelante. Los amigos son partes de nuestra alma. Los trofeos se usan entre si (entre trofeos se entienden), los amigos no. Lo importante es que no se confundan.
Un saludo.
Y suerte con Sam ;)

Fata Morgana dijo...

No tienen por qué confundirse cuando no se fingen los roles.
Besos, abcd.

Anónimo dijo...

"Donec eris felix, multos numerabis amicos: tempora si fuerint nubila, solus eris".
Es lo que hay, linda.
S.

Anónimo dijo...

A ver si me entiendes...

Fata Morgana dijo...

To no me lo peraba...
:+ :+ :+ :+