4.10.08

Infancia

Intentad abrir los ojos, intentad mirar ¡sólo mirar! Hay quien dice que es peligroso, pero es porque miran y piensan con palabras. Y lo importante es ver sin pensar, para poder pensar después. ¡Ver y pensar!, no se pueden hacer ambas cosas a la vez. Mira el árbol sin pensar. Mira todas las cosas vivas que no están hechas por el ser humano. Sólo míralas, eso es lo que digo a la gente joven. No hay que trastornarles con demasiados pensamientos. Es importante que los jóvenes salgan a los bosques, a la Naturaleza... ¡y miren! Eso es lo que deberíamos enseñar en las escuelas, además de pensar y nombrar...
- Albert Hofmann

Leo esto y me asalta un recuerdo antiquísimo.
En la escuela donde yo hacía la primaria había un enorme jardín al que se llegaba a través de una glorieta. Con lo grande que era el colegio, llegar hasta allí era toda una odisea; pero valía la pena si se piensa que una vez dentro nos metíamos bajo un árbol frondoso en forma de copa invertida, uno de esos en cuyo corazón de hondonada anidan niños y pájaros. Allí nos quedábamos el resto de la tarde, seguras de estar jugando un juego secreto cuyas reglas no se escriben con palabras. La sensación de estar ahí abajo era única, mejor que cualquier clase de lo que fuera.
No he vuelto a experimentar algo así en muchos, muchos años, hasta hace poco más de un mes, en el río y junto a un árbol casi tan mágico como aquél que conocí en mi infancia.
Ahora sé lo que significa. El acertijo ha sido desvelado.

2 comentarios:

Analía unblog dijo...

Los puentes interiores se persiguen la cola, Fata.
Un beso.

Fata Morgana dijo...

Eso parece, sí, y qué bueno que lo hagan...
1000 besos + para ti ;)