3.11.09

Si conoces a Buda

Últimamente hay una gran proliferación de autores que se vuelven best-sellers, con su consiguiente derivación viral en la red. Cito ejemplos como Eckhart Tolle, Ronda Byrne (El Secreto), Gary Renard (La desaparición del Universo), David Icke, etc; todos ellos autores de origen anglosajón. No es casual que, siendo así, sus enseñanzas siempre o casi siempre estén vinculadas a un rendimiento económico. Millones de personas en todo el mundo que jamás han oído hablar de la filosofía perenne encuentran en estos autores la llave maestra para una nueva percepción.
Lo que tienen en común es que se basan, a grandes rasgos, en la premisa de que el universo conocido es ilusorio. Una construcción mental. Siendo la mente humana tan sumamente poderosa como para proyectar desde el ratón del ordenador al universo entero, ¿por qué no ha de cambiar la percepción en beneficio de si misma? Nada que no se haya experimentado, escrito o pensado desde tiempos antediluvianos.
Tanto en España como en otros continentes hay investigadores y empiristas serios, pero que ni gozan del suficiente crédito a nivel mass-media, ni se forran (tampoco creo que les importe). A mi entender, la clave del éxito anglosajón no está en las verdad de sus afirmaciones, sino en su inteligente manera de exponer el mensaje: llegan a todo tipo de público, y son muy recomendables para quienes hacen sus pinitos en el nuevo paradigma.
Comencé a leer “gente rara” hacia los diecinueve años. El primero -siempre lo recordaré- fue El tercer ojo, de Lobsang Rampa (extraño personaje). Pasó un tiempo antes de que llegara a Muchas vidas, muchos maestros, de B. Weiss, Tus zonas erróneas, de Dyer, Usted puede sanar su vida, de L.Hay, El libro de los secretos, de D.Chopra, y todos los de los ángeles; para aterrizar en Carlos Castaneda y El libro de los espíritus, de Allan Kardec. Algunos quedaron en Argentina y otros los conservo con cariño en mi biblioteca madrileña.
Luego me compré una licuadora. (Nota: en esto debería explayarme más, pero sé que el buen lector comprenderá que de haberme quedado en ese estadío seguiría creyendo más en el mensajero que en el mensaje. El mensaje es demasiado antiguo como para endilgarle nombres y apellidos, y por ser reflejo verbal de la verdad, no necesita ser explicado, y mucho menos defendido).
Esta entrada no pretende abrir una polémica sobre si ciertos autores son o no legítimos, sólo pretende mover a la reflexión.
Hace tiempo charlaba con un amigo de Barcelona sobre la propagación viral de ciertos mensajes que pululan por la red: cuántica, biofísica reduccionista, mutaciones del ADN, cambios del eje magnético terrestre, calendario maya, la energía Kryon, y ese largo etcétera que incluye la acupuntura, la sanación con cristales, los chitauris de Credo Mutwa, las regresiones, las 14 dimensiones de Sixto Paz, los archivos akáshicos, la ley del karma, los power points reenviables con fondo musical de Kítaro, los mensajes marianos de Iker Jiménez, y California como meca espiritual de Occidente.
Al final de la charla cada cual llegó a sus propias conclusiones. No diré la suya, no me corresponde; pero la mía sí que la puedo decir, y es que: no importa el mensajero, sino el mensaje. Parece de perogrullo, pero no lo es tanto si se piensa en que, conociendo el mensaje, sabremos separar el grano de la paja.
El problema de la sobreinformación es que la gente se guía más por el mensajero que por el mensaje. En el fondo, y por mucho trabajo de “desarrollo personal” que se pretenda, parece ser que el humano posmoderno sigue apostando más al maestro fuera de si mismo, que al si-mismo. De ahí que unos defiendan a capa y espada (no puede haber nada más paradójico que defender a capa y espada una verdad sustentada en la experiencia, y no en una creencia) al maestro Chiripa, porque como él no ha habido nadie después del Buda; y otros miren con desprecio al devoto de Chiripa argumentando que sí hubo alguien: Filomeno. Hasta es posible que, en esencia, los dos lleven razón, sin embargo nunca conseguirán ponerse de acuerdo, porque ignoran las fuentes. Y ahí reside el quid de la cuestión: en la fuente.
Poca gente se pregunta de dónde provendrán las verdades afirmadas por gente como Ronda Byrne. Pero el conocimiento no es una moda pasajera, nisiquiera una aventura psiconáutica de temporada, sino un viaje fascinante, por momentos inefable, del que no suele haber retorno. Esto ya lo sabían los grandes buscadores desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, para muchos, esos libros siguen sin abrirse.

20 comentarios:

Mercedes Thepinkant dijo...

Yo creo que sí que importa el mensajero y el modo de transmitir el mensaje también. El hecho de que haya más información al alcance de más gente no quiere decir que esta se asimile correctamente. No puede haber conocimiento si no hay una integración de la información.
Estamos inmersos en una especie de "mercadillo espiritual" en el que poca gente profundiza en los temas. Si no se ponen en practica, las enseñanzas no sirven, son simplemente temas de conversación.
Otro problema de la sobreinformación es que se banaliza el mensaje.
Un saludo
Mercedes

Fata Morgana dijo...

No sé si he sido todo lo suficientemente clara en esta entrada, sobre todo en la parte de la licuadora XD.

No creo que podamos evitar que el mensaje se siga banalizando. Por eso digo que hay que ir a las fuentes, y que conociéndolas, es imposible que haya errores de interpretación.
Eso es lo que quise expresar en este post. Pero es una opinión.

Otro saludo para ti, Mercedes, y bienvenida.

Analía unblog dijo...

Yo tambien pienso que impòrta el mensajero, Fata. Es que hay cada uno...

Anónimo dijo...

Esto, en otros parámetros, vendría a ser la vieja dualidad entre el fondo y la forma. Sí, depende de cómo se digan las cosas.

Joan dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Fata Morgana dijo...

Pienso que el mensajero importa más cuando el mensaje no se conoce. Es ahí cuando corres el riesgo de caer en la trampa del mensajero (o intérprete). Pero cuando conoces el mensaje -que es muy sencillo, siempre lo es, mientras lo hayas experimentado- el mensajero se decanta por si mismo. Si éste no te interesa, no le combates: simplemente te haces a un lado, diría que con elegancia, y sigues tu camino.

Paseante. Gracias por intervenir en los dos blogs. Valoro mucho tu interés en estos asuntos "tan raros" XD.

Jaguarcillo... ¿acaso no es ley de vida ir por el camino que toque en cada momento?

Achuchones a todos.

Anónimo dijo...

Cuando el mensaje consiste en afirmar que la realidad es una proyección de la mente y que si conoces este "secreto" puedes manipularla para obtener todo lo que tu ego desea...ese mensaje es una tergiversación. Esta basura solamente confunde.

Hay personas anónomas, muy humildes, (hasta analfabetas)que pueden ser más sabias espiritualmente que muchos gurúes consagrados.

Kyboy

Fata Morgana dijo...

Claro :) esa gente es parte de la tradición ancestral, cómo no iban a ser sabios.

Mercedes dijo...

Si que has sido clara. Muy lúcida tu visión sobre estos asuntos "raros".
Me gusta tu blog.
Gracias por compartirlo
Mercedes

Fata Morgana dijo...

Quería añadir algo más. Cuando digo que el mensajero no importa y el mensaje sí, me refiero al ego. Parece sencillo, sin embargo, la peor faceta del ego es aquella donde éste se disfraza de cordero. Es verdad que no llevo un camino de añares en estos temas, ni he viajado a la India ni a Turquía ni al Tibet o a Jerusalem, pero he visto el mensaje dentro de mí en momentos realmente numinosos, que no tienen precio. Y si lo he visto es porque lo he buscado, nada más (como muchos de vosotros). Por eso es que voy por libre. De lo que me dan, yo cojo sólo lo que necesito, y siempre con cuidado. Me he llegado a "enamorar" por corto tiempo de ciertos mensajeros que yo creía que eran, pero al cabo siempre llego a la conclusión de que el mensajero no es más que un instrumento. Cuando empiezo a notar que el cordero se convierte en carnero y el rebaño le sigue ciegamente, yo me echo para atrás. Da igual que sea un libreto de autoayuda basado en una sabiduría tergiversada o la resurrección de la mismísima sociedad de Sarmoug en pleno barrio de Malasaña. El ego del mensajero surje siempre, y es un coñazo. El mío también. Además, y aunque parezca una contradicción, desconfío profundamente de la gente que va por ahí machacando el ego, porque apenas lo intentan es que ya ha salido el de ellos. Creo que simplemente hay que hacerse a un lado, respirar profundo, pedir y dejar que llegue... lo que tenga que llegar.
Para mí, calma. Calma ante todo.

Achuchones.

Anónimo dijo...

Estas personas anónimas a las que me refiero no necesariamente pertenecen a una tradición ancestral, simplemente han tenido la gracia de "experimentar" el misterio, lo hayan buscado o no, en cualquier caso esto sucedió y cambia su consciencia para siempre.

Para explicar un poco más este punto voy a hacer una analogía con la física diciendo que muchos "maestros" simplemente se "conectan" con su conocimiento, vibrando armonicamente. Estas vivraciones viajan como ondas y pueden ser percibidas por aquellos que tienen un receptor (preferiblemente si este se encuentra encendido, aunque en elgunos casos el mero contacto con la señal podria activarlo)La calidad de la información transmitida y percibida dependen de la calidad del emisor y del receptor y esta calidad tiene que ver, en gran medida, con la ubicación del ego dentro del sistema. Si este se mantiene inamovible en el centro filtrandolo todo, la efectividad de la señal en terminos de la transmisión del mensaje es mínima. Solamente se puede considerar una comunicación efectiva cundo el contenido mismo de la señal desplaza al ego del centro (este desplazamiento genera un vacio en el cual cabe el universo entero, lo que constituye la esencia del mensaje).

Kyboy

manuel dijo...

!Magnifico Roxxi!

Completamente de acuerdo contigo.

Hay que buscar LA VERDAD.y esto,no siempre es fácil.Hay mucho vividor que manipula a personas inocentes que se acercan por primera vez a estos temas.
Hoy en dia,importa más el envoltorio que el contenido,vivimos en una sociedad de apariencias.Los anglosajones han comprendido esto,mucho marketing,mucha publicidad,un nombre aerodínamico al producto,y hala a vender.
Por suerte,LA VERDAD siempre ha sido y será la misma.Siempre dispuesta ha darse ha quien la busque de corazón,¿no es ella quien en el fondo nos llama y anima a buscarla?.
Gracias a todos los que la buscais de corazón.
Un beso Roxxi

Manuel

Analía unblog dijo...

Bueno, si es que ahora con los transmisores y toda la mar en coche... no sé, esponer una verdad como si fuera algo indiscutible me parece banal.
Pero Rox, es que luego se quejan de que la gente no desconfíe: ¿cómo no va a desconfiar uno con la panda de charlatanes que hay dondo vueltas? Vos conocerás el mensaje pero pensá en la gente que se quiere iniciar y no tiene ni idea. Carne de cañón y consumidores alta fidelidad, eso son, lo mismo que hacen con las Martens y todo lo demás. Hay que andarse con un ojo que para qué te cuento....
beso!!!

Cristóbal dijo...

Magnífico post, creo que el buscador encuentra cuando deja de buscar, y eso puede llevar toda una vida, el que busca es el ego que nunca va a encontrar lo que buscamos, tenemos que centrarnos en el que busca, no lo buscado o el hecho de buscar, y entonces encontramos al maestro interior y de pronto nos sobran todos los libros, todas las cosas aprendidas, todas las dudas, la respuesta está simplemente aquí y ahora,

felicidades por el blog,

un abrazo de Cristóbal

Anónimo dijo...

http://alexchrojo.blogspot.com/2007/07/el-secreto-la-sabiduria-deficiente.html


Kyboy

Anónimo dijo...

http://alexchrojo.blogspot.com/2007/07/el-secreto-la-sabiduria-deficiente_25.html

Kyboy

jcaguirre dijo...

El tema de la new age, el del formateado comercial y la frivolización de ciertas prácticas está ahí. Aunque creo que no tiene que ver demasiado con el tema del mensaje y del mensajero o con la necesidad o no necesidad de maestros. De hecho una seña de identidad de la new age es la crítica a la noción de maestro apelando a cierta corrección política, aunque también la idiotización de la relación con el maestro tiene que ver con la new age. En realidad, la liviandad del imperdible es la seña de identidad de la New Age y de casi todo lo que viene de California.

Para mi el tema de fondo es no saber distinguir una tradición fiable, que exprese esa sophia perennis -con su universo de prácticas y sus cauces de transmisión- de un chiste new age... O sencillamente de un libro que se centre en determinados niveles de verdad sin indicar, al tiempo, la senda que puede transitarse para orientarse en ese sentido. Esto último puede ser útil pero sin pensar que YA y, de paso, sacando de contexto afirmaciones a lo Ramana Maharsi para justificarse, por ejemplo...

Remitirse al momento presente como gran sabiduría está muy bien, pero, quien lo dice y quien se lo dice a sí mismo?.

Se engaña a la gente cuando se apela a la sencillez de grandes niveles sapienciales que nos pillan muy lejos desdibujándose la noción de "camino espiritual" que se ha de transitar.

En esto la figura de un maestro y de una práctica concreta en la que orienta el maestro es, creo, ineludible.

Fata Morgana dijo...

De camino espiritual, o "desarrollo personal", que se dice ahora, y en lo cual se engloba casi todo.
Sinceramente, creo que maestros de verdad los hay pocos. Pero creo que también hay muy poca gente que esté dispuesta a atravesar el espinoso camino que conduce al despertar. Haya ellos.
Últimamente prefiero ir a las fuentes, pero reconozco -y a eso me refería en esta entrada con mi proverbial "franqueza"- que antes hubo de todo... como en botica. El camino de cada cual es único e intransferible. Hay quienes se quedan en la etapa del flower power renacido, y hay quienes avanzan un poco más... En mi caso personal ha sido prueba y error; no todo el mundo tiene la ventaja de contar con fuentes y referencias (ni formación para buscarlas), pero lo que sí es verdad que todos tenemos una intuición. Y también unas necesidades, y unas experiencias igualmente únicas e intransferibles. Como a veces se me tacha de dogmática (no aquí, pero me ha pasado, y en parte es verdad, pero sólo en las formas) diré que sigo creyendo que a cada cual su punto en el camino, sólo que a veces repatea que haya tanto manoseo en estos temas.
Y a mí empieza a repatearme cada vez más.

Fata Morgana dijo...

A todos los demás, gracias por vuestras aportaciones.
Ky, no comprendo bien lo que dices de las antenas y los receptores, o más bien como que me suena subjetivo, pero lo tomaré en cuenta ;)
Ana, sí es verdad que hay gente pa todo... habrá que parar las antenas.
Cristobal, ¡¡bienvenido, hombre, que ya era hora!!
Manu, te conozco y sé que eres un buscador sagaz y de corazón.
:+ :+

Anónimo dijo...

Claro, la objetividad no existe, solamente existen los acuerdos intersubjetivos...

Para poder verbalizar algo que está por encima de cualquier lenguaje, me fué útil la analogía, para otros puede ser tonta o reduccionista y lo comprendo. Espero que a alguien le sirva.

Kyboy