Si hubiera sabido que el precio de ser yo misma era tan alto, ¿me hubiera mojado para encontrarme? Quizá no.
He tenido que caminar sobre las brasas, y todavía estoy a años luz. He querido ser víctima de otros; sin embargo, con las vueltas de la vida he comprendido que el único victimario era mi ego... ¡qué decepción!
¡Y también, qué alivio!
Las estrellas siguen brillando ahí arriba.
Las estrellas siguen brillando ahí arriba.
Bendigo mi libertad.
3 comentarios:
así es.....el viaje a Ixtlan.
No lo leí... nisiquiera pude terminar las enseñanzas de Don Juan, me cuesta Castaneda.
Será que no acabo de creérmelo...
Seguro que tu libro será un éxito....escribes bien.
o víctimas o verdugos....así están las cosas.
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