24.4.09

Contraste

Era el verano del año 2000. Estaba sentada en una playa a orillas del lago Nahuel Huapí, en la única isla que hay en el mundo con un bosque de arrayanes propio. Si alguien ha visto ese lago, sabrá lo que es: no es que abunden azules tan profundos y tan puros. Al otro lado del lago, inmensa, se levantaba la cordillera de los Andes. Entre pico y pico, un volcán. Uno solo. No recuerdo haber visto una naturaleza más perfecta que ésa. Tampoco recuerdo haber experimentado una soledad, una ajenidad más brutal.


La primavera de 2009. Estoy sentada en una playa pequeña, pequeñísima, a orillas de un río en la Pedriza, sierra de Madrid -en Argentina no sería más que un chorrito, un riachuelo- a la sombra de un bosquecillo de chopos igual a cualquier otro bosque de chopos. El salto del agua sobre las rocas se vuelve sordo, hipnótico, entrañable.
Pocas veces me he sentido tan acompañada.

5 comentarios:

tula dijo...

¿sigues sintiéndote en Gaia?....aunque los sentimientos nos mueven dependiendo del lugar..

Fata Morgana dijo...

Te diría más bien que EN LA TIERRA. Supongo que tener que cumplir con ciertas rutinas necesarias impide que pueda pasarme las 24 horas entre planos, jeje...
Así que pupongo que sí, y cada vez que puedo... sigo sintiéndome en Gaia.

Analía unblog dijo...

Y por ahí... si volvieras y te sentaras de nuevo delante del volcán.. quién sabe... por ahí, al fin y al cabo es como dice Tula: cuestión de sentimientos..

Andreu dijo...

Namasté, hermana Chamán!

¡Qué bueno sigue siendo pasearse por éste, tu lugar! ¡Qué fotos tan "ideales"! ¡Qué buenas y "reconfortantes" siempre tus palabras!
¡Felicidades por tu "Vientre de Fango"! Quiero que me mantengas informado de cómo se gesta todo... hasta el día del alumbramiento, ¿vale?

Te mando un fuerte abrazo. ¡Hasta pronto!

Andreu.

Fata Morgana dijo...

Namasté, Andreu, y gracias. Ya os iré contando, pero como le decía a un amiguete de Argentina... ¡¡si vientre de fango me diera para comer!!!