La verdad es que me compré el libro y acabé devorándolo en cosa de dos días, y fue a propósito de esto. Resulta que un día le estaba contando a una amiga mi experiencia narrada en Nacer. Así que, haciendo grandes gestos y aspavientos, yo le decía:
- Tenía una forma helicoidal... así como... - pero no sabía cómo explicarle en palabras una visión que ya de por si no se corresponde mucho con las palabras.
Entonces ella me interrumpió y me dijo, así de súbito:
- ¿Cómo el ADN?
¡EUREKA! Como el ADN, en efecto. Y yo os juro que esta chica jamás tomó medicina, pero me dijo que apenas me oyó decir helicoidal, lo relacionó inmediatamente con la molécula de la vida. Imaginaos bajando a toda velocidad a través de unas bandas helicoidales atravesadas por escalones a los que tienes que esquivar... ¡fue apoteósico!
Así pues, vaya un pequeño homenaje para esta diminuta y a la vez gran serpiente de miles de millones de kilómetros que comparto tanto con vosotros como con mis ancestros, y que es la que nos mantiene vivos. Ajó!
4 comentarios:
Muy bonito...¿lo has hecho tú?
Un saludo.
Sí, Miski, soy dibujante.
Un saludo.
Genial! Me sumo al homenaje!
Me alegra que os guste. Ya cuando aprenda a usar la cámara XD pondré una foto decente.
Besos.
Publicar un comentario